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martes, julio 22, 2008

ELOGIO DEL DVD


¿QUÉ HEMOS HECHO NOSOTROS PARA MERECER ESTO?

Defensa e ilustración de la edición en DVD


“Si alguien piensa que la Filmoteca X es una elección inmejorable, se equivoca”. Pocas veces un eslogan publicitario (pensado, como tantos otros, para ser entendido al revés) que más de uno de nuestros lectores habrá reconocido de inmediato, ha resultado ser tan cierto. No sólo porque en la aludida colección de DVDs se den la mano los filmes más o menos importantes con otros claramente prescindibles, cuestión opinable sin duda, sino, sobre todo, por la ínfima calidad editorial con la que se presentan algunas de las piezas incluidas en la misma. Como suele decirse, para muestra vale un botón: si algún incauto desembolsa la nada despreciable cantidad que se le exige para obtener una copia DVD de la eximia obra maestra de Jean Renoir, The River, comprobará con sus propios ojos que está ante un material de pésima calidad, ante una copia cuyos colores originales han pasado a mejor vida y que, por si fuera poco, se presenta adulterada en su banda sonora. Una rápida comparación, al alcance de cualquier internauta, con la versión del mismo filme editada por Criterion en USA, a partir de la copia recientemente restaurada, permite evaluar lo que se pierde el cinéfilo local y la burla a la que se somete a las expectativas razonables de un espectador medianamente formado. ¿Alguien se imagina que se pudieran adquirir en las librerías ediciones de, pongamos, Don Quijote de la Mancha, en las que apenas fuese visible el texto? Pero la comparación ni siquiera es buena porque en una obra cinematográfica la calidad de la fotografía, la nitidez de sus colores, el respeto del formato en que la obra fue concebida, forman la carne y la sangre misma de la dimensión creativa de la obra, cosa que está lejos de suceder con la dimensión tipográfica de la obra literaria.

La razón que guía el exabrupto anterior no es otra que alertar al sufrido consumidor cinematográfico de que el mundo de las ediciones en DVD está plagado de abominaciones sin nombre (que coexisten, es verdad, con excelentes ediciones) de las que una de las más curiosas consiste en la decisión de algunas multinacionales de eliminar los subtítulos en castellano de alguna de sus obras más importantes (hay películas de John Ford, de Billy Wilder, de Howard Hawks, afectadas por esta política inexplicable) aunque eso sí a cambio de obtenerlos en serbocroata, polaco, turco, finlandés y toda una variedad lingüística que hace pensar si acaso se trata de ediciones pensadas para nuestra creciente población inmigrante o de una sutil manera de tratar de convertir al español medio en un avanzado políglota. Menos mal que uno puede agenciarse estas películas en el mercado norteamericano -Internet mediante- donde sí que se editan (a la fuerza ahorcan) con sus correspondientes subtítulos en español (y costando, dicho sea de paso, bastante menos que entre nosotros). No menos aberrante resulta ser la edición de películas con subtítulos no removibles (aunque en algunos casos esto se deba a imposiciones leoninas de las casas poseedoras de los derechos originales y a una gestión rácana y provinciana de los mismos) despreciando la posibilidad que ofrece el formato de permitir apreciar la imagen sin ningún tipo de molesta interferencia.

En este contexto hay que señalar la curiosa paradoja que vive el mundo de la edición en DVD. Por un lado, nunca ha habido tantas y tan raras (permítaseme la expresión en aras de la rapidez) películas a disposición del consumidor atento. Por otro, la plétora de filmes (más de uno y de dos cuya edición entre nosotros era casi impensable no ha muchos años) se ve empañada por la escasa calidad de muchas de las ediciones, algunas de las cuales colocan al consumidor ante la tentación de acudir al juzgado de guardia. Desde ediciones cuyo visionado original deja traslucir el origen videográfico de su master de partida (véase, por ejemplo, las copias de, por ejemplo, Love Affair o Fort Apache que circulan entre nosotros) hasta otras pomposamente presentadas como “remasterizadas” y que ocultan una deleznable y vetusta copia que más parece rescatada de un basurero como sucede con la recientemente publicada El hombre tranquilo (que además se presenta sin los imprescindibles subtítulos y con una banda sonora en estado comatoso).

Aunque no sea este el momento de aducir la necesidad de rehabilitar la práctica de la filología fílmica (y aquí habría que entrar a saco con las famosas “versiones restauradas” o sometidas al denominado director’s cut) si que conviene advertir que no sólo algunos filmes esenciales se ponen a disposición de espectador en copias que dejan mucho que desear (de nuevo un solo botón: el caso de Ciudadano Kane; adquieran la copia editada por Waener en USA si quieren saber quien era, de verdad, un tal Gregg Toland) sino que algunas aparecen en versiones mutiladas de manera brutal. Dos casos señeros: Los cuatrocientos golpes, que goza del dudoso privilegio no sólo de estar cortada, sino de presentar una banda sonora en castellano y unos subtítulos que se corresponden con la versión censurada que circuló antaño entre nosotros; El ángel exterminador, que se presenta en una versión convenientemente “afeitada”, a la que se le han extirpado las esenciales repeticiones de determinadas escenas que tanto divertían a Buñuel. Aunque para ser justos, habría que señalar que en este último caso, lo mismo sucede con las copias en 35 mm. que se exhiben por toda España, como prueba la hilarante escena acaecida en una reciente emisión de Versión española (en esta caso el programa debería haber cambiado su nombre por el de Versión mexicana) en la que la redicha presentadora nos advirtió de que circulaban por ahí copias espurias de la película del maestro aragonés, para, de inmediato, proceder a emitir una copia mutilada. Por la boca muere el pez.

Por eso sólo me queda desear buena suerte al sufrido consumidor y, si tiene tiempo y conexión a Internet que eche una ojeada a páginas como la canadiense www.dvdbeaver.com en la que podrá acceder a jugosas comparaciones entre ediciones alternativas. Y que no descarte la posibilidad de agenciarse un lector multizona al que sacarle chispas aprovechando que, de momento, el euro está ganando la batalla del cambio al dólar.


SANTOS ZUNZUNEGUI

2 comentarios:

Alfredo Garmendia dijo...

¡Cuánta razón Tienes! ... y eso que no has hablado de otra de las aberraciones consistentes en la edición de películas con formato recortado para adaptarlo al formato panorámico de las nuevas televisiones de plasma y LCD.

Hace poco comentábamos en Cinexilio la desastrosa edición de Los nuevos centuriones, de Fleischer, cuyo aspecto original es de 2:35:1 convertida en un 1,77:1 para solaz de los compradores de DVD que odian tener que dejar una parte de su pantalla (tan cara) en negro. Y no es sino un pequeño ejemplo de los varios que se van produciendo.

Cesar Fernandez D dijo...

Los 400 golpes (Les quatre cents coups, François Truffaut, 1959) es la película más
emblemática de esta nueva corriente cinematográfica, sobre todo por la actividad crítica de
su director. La película consiguió el premio al mejor director en el festival de Cannes de
1959, y supuso una verdadera revolución dentro del panorama general del cine francés y
europeo. En ella Truffaut realiza un retrato sentimental de la infancia de Doniel, un chico que demuestra una clara voluntad de independencia y rebeldía en consonancia perfecta con el espíritu y la voluntad creadora del director. Es de esta unidad de donde nace la belleza de esta película, un retrato sencillo y humano de la infancia.
La veracidad del relato se consigue mediante la utilización de una puesta en escena
transparente, donde lo que verdaderamente importa son los movimientos de los personajes,
y donde se huye conscientemente del efectismo. A ello ayuda la prodigiosa fotografía, llena
de una fría neutralidad que enfatiza la presencia de la ciudad y sus calles, y la banda de
ruidos, con un admirable repertorio de sonidos urbanos. Truffaut utiliza, de forma subrayada, el travelling y los encuadres de cámara dinámicos. consulta por internet medico por internet pediatra por internet medico por internet doctor por internet dermatologo por internet veterinario por internet veterinario por internet psychologist online consulta por internet abogado por internet abogado por internet abogado por internet abogado por internet abogado por internet psicologo por internet doctor por internet psicologo por internet abogado por internet abogado por internet Las panorámicas son abundantes, así como la presencia de ciertas secuencias, de marcado subjetivismo, donde hace uso de la cámara en mano. La nouvelle vague acudió a formas artesanales y baratas de planificación, demostrando su espíritu artístico, ajeno al manierismo imperante en su época. En su puesta en escena, Truffaut remite a sus referencias cinéfilas (carteles, comentarios de los personajes sobre películas o libros, iconos culturales) y nos muestra magnífico ejemplo de Libertad expositiva, con la elección de un personaje conflictivo dentro de un entorno hostil que debido a su ternura e ingenuidad no los resulta tan desagradable.