Hace una semana vimos a un hombre que luchaba contra sus canciones (ergo contra sí mismo) para transmutarlas en algo nuevo. Curromerianamente, en el límite de su cuerpo, a lo Leonard Cohen pero con alegría y sin apocalipsis. Homeric!
En primera fila otro brillante sandwich man, cartellone di cinema, que como Conte extrae arquetipos del imaginario cinematográfico hollywoodiense para insertarlos en su tierra natal y dejarlos sueltos a ver qué pasa y qué extraño arte artificial surge.
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1 comentario:
Por aquí ando...
Abrazos a los dos.
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